Historia sobre la aparición de Nuestra Virgen de Coromoto

En el año 1651, sesenta años después de la fundación de la “Ciudad del Espíritu Santo del Valle de San Juan de Guanaguanare”, el cacique Coromoto, caminaba junto con su mujer por la montaña. Al llegar a una quebrada, vio a una  Bella Señora cargando a un Niño bellísimo que caminaba entre las aguas del río.

Ambos le sonrieron a la “Bella Señora”, quien, a su vez, les devolvía otra sonrisa amorosa y con una voz muy suave les dijo: 

“Vayan a casa de los blancos y pídanle que les echen el agua en la cabeza, para poder ir al cielo”.


Esta misma “Bella Señora” se les apareció en varias oportunidades a algunos niños indios cuando iban a la quebrada a buscar agua.  En todos los casos su voz tenía tanta fuerza y persuasión que el Cacique no dudó en cumplir la petición de la “Bella Mujer”.

Al cacique Coromoto no se le ocurrió preguntarle cómo se llamaba. Por eso, le decía la “Bella Mujer”, la “Bella Señora”, la “Bella Dama”. 

Deseando cumplir con lo que les pedía la “Bella Dama”, un día, cuando el Cacique vio pasar al español Juan Sánchez, pensó que sería la persona adecuada para enseñarlos.  Le relató lo que había sucedido y le dijo que estaban dispuestos a que él y los suyos, cumplieran con la voluntad de la “Bella Señora”.

La sorpresa para Juan Sánchez fue grande, pero no dudó. Le respondió que a su regreso de la ciudad de el Tocuyo, al cabo de unos ocho días, pasaría de nuevo por allí y podría llevarse a toda la tribu con él para instruirlos. Podrían vivir al lado de donde vivían los españoles, quienes se dedicaban al cultivo y la ganadería cerca del río Guanaguanare.

No hay certeza histórica de cuántos indios eran. Algunos calculan entre doscientos y seiscientos.  Lo importante es que toda la tribu se fue y se establecieron en la confluencia de los ríos Tocuyo y Guanaguanare, en un paraje conocido hoy como “Coromoto”. Allí establecieron sus nuevos hogares. Asistían a la explicación de la doctrina que les daban los sacerdotes capuchinos en especial Fray José de Nájera junto con Juan Sánchez y su señora. Poco a poco el número de bautizados iba creciendo.

Al principio el cacique asistía con gran gusto, porque había quedado maravillado por la majestuosidad de la “Bella Señora” y su alma se había transformado. Sin embargo, Coromoto  anhelaba la soledad de los bosques. Al paso de los días, se sentía cada vez más molesto pues el clima allí no era tan agradable como el de sus tierras anteriores. Ahora debían trabajar mucho más para obtener lo necesario para la vida diaria. Comenzó en él un conflicto espiritual. Por éstas razones, se negó a bautizarse y se alejó de las clases.

El 8 de septiembre de 1652, Juan Sánchez invitó a los indios a una ceremonia religiosa. Todos asistieron con mucha emoción y devoción, pero el Cacique se negó y lleno de furia, salió hacia el lugar de Coromoto. Cuando empezaba a anochecer, la esposa del Cacique, se dirigió hacia su choza con su hermana Isabel y el hijo de ésta, un muchacho de doce años. Estaban a punto de quedarse dormidos cuando regresó Coromoto bravo, triste y maltrecho quien, sin pronunciar palabra, se acostó en su cama y nadie se atrevió a hablarle.

Esa noche, de repente, se les apareció en la puerta de la choza o bohío, la “Bella Mujer”. Había pasado un año que no la habían visto. Ahora, de todo su ser se desprendían rayos de luz que alumbraban todo el interior de la choza como si fuera el mediodía.  La esposa del Cacique, su hermana y el sobrino, se llenaron de alegría al verla. El Cacique se incorporó y después de unos segundos, le preguntó muy molesto:

 

¿Hasta cuando me quieres perseguir? Te puedes devolver porque yo no voy a hacer lo que me mandas.  Por ti dejé mis conucos y conveniencias y he venido aquí a pasar trabajo.

Su esposa le reclamó la manera irrespetuosa de hablar y le dijo: “No hables así con la “Bella Mujer”, no tengas tan mal corazón”.

El Cacique muy bravo no soportó la mirada tierna y amorosa de la “Bella Mujer” y sacó una flecha puntiaguda, la puso sobre su arco y amenazándola le dijo: Con matarte me dejarás.

En ese momento, la Virgen entró en la choza sonriente, serena, luminosa y resplandeciente. Se le acercó al Cacique. Estaba tan cerca, que éste tuvo que dejar caer el arco y la flecha y estiró sus brazos para agarrarla. En eso, desapareció y el bohío se oscureció… El Cacique gritó: la tengo atrapada en mi mano

Al abrir la mano, vio que lo que tenía era una diminuta imagen de la Virgen que despedía rayos luminosos muy intensos, como los del sol al mediodía, pero que no quemaban. Las dos mujeres y el niño, profundamente impresionados y conmovidos, le pidieron que se los mostrara. El Cacique alargó la mano. Todos reconocieron la imagen de la “Bella Mujer”, la cual continuaba despidiendo rayos luminosos.

El Cacique la vio tan viva que la amenazó de muerte y le dijo: “Mañana te quemaré”. Envolvió la imagen en una hoja de plátano y la escondió en las pajas techo de su choza. 

El sobrino del Cacique, que había presenciado todo, vio a su tío esconder la imagen. Cuando el tío estaba bien dormido salió corriendo a buscar a Juan Sánchez para contarle lo sucedido. Juan no le creyó. Pero el niño insistió en que fuera con él hasta el bohío de Coromoto. Después de mucho rogar, Juan le pidió que saliera a buscar otras dos mulas para ir juntos. En ese momento, sucedió algo impresionante.

Las mulas estaban sueltas en la sabana y era extremadamente difícil agarrarlas y amarrarlas. Se necesitaban varias personas para ello. A veces tardaban hasta dos y tres horas para lograrlo. El niño salió solo a la sabana a buscarlas, y lo asombroso fue que las encontró echadas muy tranquilas. Con gran facilidad las enlazó sin que pusieran resistencia y se las llevó a Juan Sánchez. 

Cuando éste vio venir al niño con las dos mulas en tan cortísimo tiempo, empezó a pensar que tenía que haber algo de cierto en lo que le había contado. Junto con Bartolomé Sánchez y Juan Cibirián, los cuatro se pusieron en camino hacia el bohío donde vivía Coromoto.

Al llegar, los tres españoles se quedaron escondidos en un zanjón mientras el niño buscaba la imagen. Entró en la choza de su tío el Cacique y no encontró a nadie.  Todos habían salido. Con gran alegría se trepó al sitio donde su tío la había escondido, la sacó y  fue corriendo donde los españoles. Cuando Juan Sánchez abrió la hoja de plátano, se encontró con la inmensa sorpresa de que esta brillando y era efectivamente la imagen de la Virgen con el Niño.

Con gran cuidado y devoción, sabiendo que cargaban a la Madre de Dios, regresaron a Soropo, la colocaron sobre una mesa, la rodearon de flores. Le rezaron y le decían de Ella es la Virgen que se le apareció al cacique Coromoto y por eso se quedó con el nombre: NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO… Como no tenían para alumbrarla sino un cabo de vela de cera negra la prendieron y la colocaron delante de la Imagen. 

Con la vela se produjo el primer milagro: era tan pequeña que apenas debía durar media hora, pero pasaban las horas y seguía alumbrando… Estuvo ardiendo día y noche desde el mediodía del domingo hasta el martes por la tarde, es decir, por espacio de más de cincuenta horas. Algunas personas se acercaban, le hacían diversas peticiones, una por la salud, otros por la solución de algún problema, y veían como todo se les cumplía.

 

Por su parte, ya el Cacique había dispuesto que toda la tribu regresaría a su lugar de origen, a esas tierras que habían abandonado por seguir las instrucciones de la “Bella Mujer”.

Al amanecer del día nueve de septiembre, el cacique se despertó, vio que su mujer no estaba y todos se habían ido. En su rabia, recordando que había prometido quemarla, decidió quemar todo el bohío sin darse cuenta que la imagen ya no estaba ahí pues el sobrino se la había llevado.

En el bosque una culebra venenosa llamada mapanare lo mordió. Al darse cuenta que el veneno era mortal, pensó que había sido un castigo del cielo por su mala conducta frente a la “Bella Mujer”.  Se arrepintió profundamente de lo que había hecho y comenzó a gritar pidiendo que alguien lo bautizara.

La Virgen, siempre dispuesta a escuchar las peticiones de sus hijos, complació al Cacique. 

Como hecho extrañísimo Coromoto vio pasar a un español de la ciudad de Barinas y éste escuchó los gritos. Sabiendo que toda persona bautizada, puede, en caso de peligro de muerte, bautizar a otro, se acercó, buscó un poco de agua y bautizó al Cacique derramando agua sobre su cabeza y diciendo las palabras: Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. A partir de ahí Coromoto se convirtió en apóstol y seguidor de la Virgen María. Su nombre cristiano fue Ángel Custodio. Él y sus compañeros Cospes formaron una comunidad muy fervorosa.

Al hacerlo, los dolores comenzaron a disminuir y el español, lo acompañó hasta donde estaban los otros indios. Al llegar, el Cacique los reunió a todos, les narró lo sucedido, diciéndoles que estaba seguro de que iba a morir, pero moriría feliz pues había pedido perdón y se había bautizado.

Antes de morir, con voz fuerte y segura les pidió a todos que se mantuvieran entre los blancos y fueran buenos cristianos.

Los indios Cospes formaron la primera comunidad de fieles católicos de Venezuela. Por eso, las autoridades se vieron obligados a traerles a un sacerdote que se encargara de ellos: el capuchino Fray José de Nájera quien fundó con ellos un pueblo llamado San José de la Aparición. Producto de las inundaciones, a lo largo del tiempo, el pueblo desapareció pero el lugar fue siempre sitio de veneración por los indígenas. 

Juan Sánchez tuvo por tres días la imagen que le dejó la Virgen a Coromoto antes de llevarla a la Iglesia Catedral, debido a la crecida de los ríos. Cuando logró llegar a Guanare y se la mostró al sacerdote, éste pensó que era de origen humano y no se la recibió… Juan Sánchez se quedó con Ella en custodia por los próximos dieciséis meses.

Durante el tiempo que estuvo bajo la custodia de Juan Sánchez, la Madre del cielo se manifestó en muchas ocasiones. Por ejemplo, cuando se le colocaba una vela de cebo negra, la cristalizaba, algunas velas duraban mucho tiempo en consumirse. También se menciona que el color del traje de la Virgen presentaba diferentes colores como el rojo carmesí, el morado, el azul y el blanco. 

Mientras tanto, la casa de Juan Sánchez se convertía en un pequeño Santuario, donde iba todo tipo de personas, especialmente de Guanare, a admirar la imagen de Nuestra Señora de Coromoto y pedirle favores. 

La fama milagrosa de la Imagen crecía día a día. Dieciséis meses después el sacerdote Vicario de la Ciudad de Guanare, Don Diego Lozano, solicitó que se llevara la Imagen con gran majestuosidad y veneración hasta la Catedral de Guanare para proteger la imagen pues allí estaría más resguardada. 

Se escogió el 2 de febrero de 1654, día de la víspera de la Presentación del Señor, de la Purificación de la Virgen, y de la Virgen de la Candelaria patrona de muchos de los españoles porque venían de las islas Canarias. Ese dos de febrero, entró Nuestra Señora de Coromoto, con gran solemnidad , llevada por los fieles y colocada en la Iglesia.

Poco después el Reverendo Padre Capuchino Fray José de Nájera fundó con ellos la primera misión de indios en Venezuela, bajo la protección de María Santísima, Nuestra Señora de Coromoto, por cuyo maternal cuidado se lograban las primicias de la fe entre los aborígenes diseminados en la dilatada extensión de la provincia de Venezuela.

Nuestra Señora de Coromoto, aumenta nuestra fe.

 

El Evangelista San Lucas, personalmente conoció a la Virgen María . En ocasión de realizar un viaje a Roma en compañía de San Pablo, hacia el año 61, pasando por Nápoles, Italia, conoció al primer obispo de esta ciudad: el Obispo Aspréno. Este le pidió que le dibujara una imagen de la Virgen con el Niño dado que la había conocido personalmente y la había dibujado varias veces. San Lucas la dibujó en el Oratorio del obispos y a los lados colocó a Santa Restituta y San Genaro. Hoy es conocida como La Virgen del Principio, pues el Emperador Constantino el Grande hacia el año 331 ordenó su exposición pública y amplió su divulgación. Ha sido la primera imagen de la Madre de Dios a la que se le rindió culto de veneración. Su similitud con la Virgen de Coromoto es asombrosa.

Significado de las palabras de la Virgen al Cacique

 

“Vayan a casa de los blancos y pídanle que les eche
el agua en la cabeza para poder ir al cielo”.

 “Vayan a casa de los blancos…”: no se queden donde están, deben moverse, caminar, hasta donde están los blancos pues los españoles eran todos bautizados católicos.  Era una forma de pedirle a los indígenas y a los españoles que buscaran la unión, la fraternidad, la reconciliación y la aceptación del otro, sin importar el color de la piel, ni las condiciones de cada uno.  Es una petición para ir en contra de la discriminación, la violencia y la cultura de la muerte.  

Con este llamado, la Virgen de Coromoto está llamándonos a respetar a las otras personas, a respetar el derecho a la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural, pues todos somos dignos y tenemos gran valor frente a los ojos de Dios.   

Jesús dio el mandamiento del amor: “Ámense los unos a los otros”.Es un llamado a ser personas de paz, de convivencia, de respeto a los demás, sacando de nuestros corazones cualquier traza de egoísmo, de indiferencia, de rencor y de odio.  

Con esta invitación les decía que cuando las personas se unen como verdaderos hermanos, si es posible el bien común y el desarrollo armónico de una sociedad a pesar de las dificultades y diferencias que pudieran existir.


“…pídanle que les echen agua en la cabeza …”: pidan que los incorporen a la Iglesia católica que es la única Iglesia que Cristo fundó (Cfr. Mt. 16,18) y aprendan las enseñanzas que Jesús dejó en el Evangelio. El agua en la cabeza, es el Bautismo, invitándolos a formar parte del linaje Divino y de una realeza que no es de este mundo.  Una invitación a pertenecer a una tribu mucho más grande que la que tiene. Es empezar a vivir en una tribu divina.

Esta es una petición para que vayamos en contra de la indiferencia religiosa, del secularismo y la confusión de los valores y principios. Es una invitación a creer en Jesucristo, a participar en la Iglesia Católica y a profundizar en la fe. Se puede profundizar en la fe a través de la oración, la participación en la Santa Misa todos los domingos, la recepción de los Sacramentos, la lectura y el estudio de la Biblia, asistiendo a cursos de profundización en la fe, para convertirnos en personas cada día más firmes en nuestra fe,  practicarla y vivir en constante unión con Dios., para ser más buenos y alegres a los ojos de Dios.


“…para poder ir al cielo”: porque todos los seres humanos sabemos que al final de la vida vamos a un lugar de paz, felicidad de donde no se sale nunca (lo llamamos cielo) o a un lugar de tormentos, fuego, desgracias de donde no sale nunca (lo llamamos infierno) Aun los que creen en muchas vidas al final habrá un lugar de felicidad o un lugar de tormento.  La “Bella Señora” le estaba ofreciendo el lugar de felicidad y paz para siempre. Por eso, el Cacique Coromoto no dudó en aceptar la invitación.

Esta es una petición para que reconozcamos que la muerte no es la destrucción del hombre. Lo que Dios crea, no lo vuelve a “descrear”. Lo que en cada uno de nosotros hay de indestructible se llama el alma. La vida eterna no es la propiedad química de un espíritu que, por sí mismo, durara siempre. La vida eterna es un don, el don de la salvación. En el cielo la persona  estara llena de ternura en presencia de Dios y de sus hermanos reencontrados. Sí, volveremos a vernos, hermanos míos, la muerte física es sólo un hasta luego.    


El alma ha sido hecha inmortal de cara a su felicidad, una felicidad que la sobrepasa. El paraíso no es una aburrida supervivencia, sino una alegría desbordante. Es una invitación  a tener presente que podemos estar unidos a nuestros seres queridos que se han adelantado a la vida eterna y que podemos reencontrarnos con ellos comuilgando con Jesús.  Las fotos se ponen amarillas, los cabellos blancos; sólo permanece la fe.

La Virgen le hace ver en palabras muy sencillas al indio Coromoto que  sólo tenemos una vida para decirle si o no a Dios. No hay examen de reparación, ni tampoco una nueva oportunidad. La única oportunidad es esta vida y en ti está la libertad de elegir.

Documentos sobre la imagen de la virgen

 
 
 

Todo el proceso de la aparición fue documentado por Juan Sánchez. En 1738 se mandó a construir un relicario donde guardar la Reliquia Sagrada de Nuestra Señora de Coromoto. Este fue adornado con perlas de diversos tamaños. Allí se guardó hasta 1948, cuando se trajo uno nuevo mandado a fabricar en Madrid, España de plata dorado.

En 1784 la Jerarquía de la Iglesia en la persona del Obispo Mariano Martí realizó una crónica oficial editada por la Academia Venezolana de la Historia.

Estudios e investigaciones posteriores fueron llevados a cabo por muchos historiadores como

Mons. Pedro Pablo Tenreiro, Mons. Omar Ramos Cordero sobretodo por el  Hermano Nectario María.

El primer reconocimiento oficial de la Jerarquía al hecho Coromotano, del que hay constancia por escrito, lo hace el Obispo Mariano Martí en su crónica oficial del año 1784 , editada luego por la Academia Venezolana de la Historia. En la pág. 499 del Tomo I de su famosa Visita Pastoral, cuando habla de Guanare,  dice textualmente:   

"En el siglo pasado se apareció Nuestra Señora en diferentes parajes de estas vecindades,  y en la Quebrada nombrada Coromoto,  distante del sitio

donde está la Iglesia del pueblo viejo y de este pueblo nuevo como una legua -de cada uno de estos pueblos viejo y nuevo.  En el año 1652, según dice este Cura,  se apareció esta Nuestra Señora de Coromoto en el sitio donde hoy esta la Iglesia de dicho pueblo viejo”.

El Hno. Nectario María, publicó un libro titulado “La historia de la Aparición de la Virgen de Coromoto” después de estudiar por años cómo había sido. Pero no se quedó allí.  Continuó su labor mostrando la importancia de esta aparición.

 

El Hno. Nectario María   en 1922 publicó en la revista “Excelsior” de la Sociedad Literaria La Salle las primeras investigaciones sobre la aparición de la Virgen de Coromoto bajo el título: “La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto” y escribió el primer folleto sobre la Virgen de Coromoto en 1944. No sólo investigó sobre la aparición de Coromoto y otros aspectos de historia religiosa de Venezuela, sino que también pasó muchos años investigando en el Archivo de Indias sobre Venezuela, su origen y su historia. A raíz de estos estudios publica el libro: 
Historia de la Aparición de la Virgen de Coromoto”.

Varias generaciones de venezolanos usaron el texto de Historia de Venezuela de HNM durante la escuela primaria. 

En 1928 propuso en el II Congreso Mariano Nacional que se reconociera y proclamara a la Virgen de Coromoto como Patrona de Venezuela, por ser la única verdadera Aparición.  

El 1º de mayo de 1942, se reunieron los ocho Obispos que conformaban el Episcopado Venezolano. Después de invocar al Espíritu Santo

y ponerse cada uno en oración personal, votaron en secreto por cuál sería la advocación que elegirían para declarar como Patrona del País. La decisión fue unánime y a través de un documento., declararon a
LA VIRGEN DE COROMOTO como PATRONA DE VENEZUELA.

Los Obispos le informaron de esta decisión tanto al Papa como al Gobierno Nacional, en calidad de representantes  del pueblo.  Para ello, se apoyaron en los estudios realizados por el Hno. Nectario María y en la devoción de tantos miles de fieles, demostrados en las peregrinaciones, romerías, monumentos piadosos construidos a la Virgen de Coromoto en diócesis, parroquias, Iglesias a lo largo y ancho de toda Venezuela … Como dijo un orador en Guanare: Los Obispos no consultaron los archivos para declararla Patrona, consultaron los corazones del pueblo Venezolano… Pero afortunadamente había una perfecta concordia entre los corazones y los archivos.

El 7 de octubre de 1944, el Papa Pío XII, declaró a la Virgen de Coromoto. "Celeste y Principal Patrona de toda la República de Venezuela".

 
 

Coronación

 

El 11 de septiembre de 1952 en las festividades de los trescientos años de la aparición de la Virgen de Coromoto el Papa Pío XII mandó a que se la coronara canónicamente. Desde entonces la fe y la devoción por la santísima Señora se festeja el 8 de septiembre día de su aparición y el 11 de septiembre día de su coronación.

La coronación canónica es uno de los Ritos litúrgicos católicos, instituidos para resaltar la devoción por una advocación mariana.

Para que se de una Coronación Canónica hay que pasar por un proceso en el que hay que demostrar que una imagen concreta recibe un culto que ha movido durante muchos años a un grupo grande de personas a venerar de forma sincera a la Madre de Dios a través de esa imagen. Al demostrar esto, la autoridad eclesiástica determina coronarla solemnemente. 

Al coronar la imagen de la Virgen se proclama:
El fundamento principal de la realeza de María como Reina del Universo es su maternidad divina, que la une indisolublemente con su divino Hijo Rey universal.  Ella es la Reina Madre.  En Guanare se manifestó como La reina Madre con el Hijo tambien coronado y aceptó que la llamaran con el nombre del cacique, del jefe de la familia a quien se le estaba apareciendo a quien llamaban Coromoto pues este nombre significa el que detiene la  tormenta.

Coronar a la Virgen es proclamar que María es también Reina del Universo también por derecho de conquista, como Corredentora de la humanidad.

Indica que la potestad de María como reina es limitada y relativa. No es total ni absoluta como la de su Hijo Jesucristo.

Indica que le corresponde a María la triple potestad legislativa, judicial y en el reino de Cristo que es eterno: es reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de justicia, de amor y de paz.

María empezó a ser reina en el momento mismo en que concibió por obra del Espíritu Santo a Jesucristo Rey; reafirmó su realeza por derecho de conquista con su compasión al pie de la cruz de Jesús; la ejerció sobre la Iglesia primitiva sobre los apóstoles y primeros discípulos del Señor, y sigue y seguirá ejerciéndola eternamente en el cielo sobre todos los seres creados.

El 11 de septiembre se celebra el día de la coronación de la Virgen María por un representante del  Papa Pío XII en 1952, recordemos que Ella apareció ya coronada como Reina Madre con su Hijo Jesús coronado. Y que el Papa Juan Pablo II le colocó su tercera corona el 27 de enero 1985.

En el año 2002 la Conferencia Episcopal Venezolana decretó como “Año Jubilar Coromotano” a los 50 años de su coronación canónica.

La invitación es a consagrarnos al corazón inmaculado de la Virgen María porque todos los venezolanos honramos y veneramos la aparición de la Virgen de Coromoto

Estudios de la imagen

 

Desde su aparición se han tratado de hacer dibujos copiando la imagen que la Virgen dejó en las manos del cacique Coromoto.

El primer acercamiento a una posible intervención de la reliquia de Coromoto, lo solicitó el obispo de Guanare Monseñor Ángel Polachini en 1987, cuando solicitó que un experto en restauración fuera enviado por el Vaticano a Guanare.  Este la analizó y recomendó no tocarla, pues el riesgo de destruirla en el proceso era muy grande.

Por más que se ha protegido la imagen,  no ha sido posible escapar de los efectos del tiempo y el deterioro que éste trae consigo. Esta situación fue el impulso para que los miembros de la Fundación María Camino a Jesús, con sede en Maracaibo, a partir del año 2002 iniciaran una campaña para restaurar la reliquia de la Virgen con el apoyo del Padre José Manuel Brito, rector del Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto.

El 22 de Julio 2008 hubo un robo a la Basílica de Guanare, donde pretendieron llevarse la imagen de la Virgen de Coromoto. Los asaltantes rompieron el

vidrio de protección y  tomaron el relicario pero milagrosamente la imagen de la Virgen cayó y no se la pudieron llevar.

En el año2009, a solicitud del quinto Obispo de Guanare, Monseñor José Sotero Valero Ruiz, el Episcopado Venezolano tomó la decisión de permitir un tratamiento de conservación en un laboratorio especial instalado en el propio Santuario, por parte de  la Fundación María Camino a Jesús, encabezada por José Luis Matheus. Se instaló un laboratorio en el propio Santuario y la labor comenzó del 9 hasta el 15 de marzo 2009.

El relicario donde estaba la reliquia desde 1652 había sido cambiada a un nuevo relicario en 1948 y allí permanecía desde ese entonces. El relicario no se podía abrir y se temía que, por el paso del tiempo, cuando esto ocurriera, se desvaneciera.  Se trató por varios métodos de abrirla y no se pudo, cuando la especialista la colocó sobre la mano del sacerdote esta automáticamente se abrió sola. Sin duda, la Madre de Dios quería abrirse en las manos de una persona consagrada a Dios.

Al abrirla se vió que la imagen estaba pegada del vidrio.  Para despegarla se pensó que el proceso llevaría 4 días, todo esto dentro de las mayores normas de higiene y cuidado.

Para sorpresa de todos, esto se realizó en solo 18 minutos.  Se analizó el agua que se le colocó para desprenderla y el mismo arroja que es completamente pura sin ningún ácido o base en su composición. La imagen, muy deteriorada, estaba fracturada, tenía hongos y una mancha de óxido. Sin manipularla ni aplicar químicos, comenzó a desprenderse sola. La imagen se blanqueó sin utilizar químicos: Blanqueamiento natural (estabilización del PH). Al medir el ph del soporte y contenedor, encontraron acidez, todo estaba contaminado, excepto la imagen, que se mantiene con un ph neutro. 

La Virgen de Coromoto, permitió únicamente ser lavada en el agua destilada (pura), para poder evitar la mancha que la cubría (contaminada – oscura, símbolo del pecado).  Ella que es misericordiosa, pide que la imitemos, que volvamos a la santidad a través del agua del bautismo.

 

Los investigadores observaron que la figura era de un solo trazo y una sola densidad de tinta, además que los pigmentos no estaban adheridos a nada, por el contrario, a cierta distancia se distinguen pequeñas tiras de fibras que hacen el contorno de la Virgen y pareciera que flotaran. Existe un tramado de aparentes cañas en la parte posterior a la imagen de la Virgen. Detrás como fondo de la imagen lo que se ve es el interior de una choza indígenaEl niño Jesús se observa sentado en el regazo de la Virgen con corona indígena.   La pintura está realizada en un solo trazo. En la parte inferior de la reliquia, pueden verse las manos de la Virgen que circundan al Niño Jesús.

También se encontró que, los ojos de la Virgen miden menos de 1 milímetro (aproximadamente 2 micras), y en ellos se encuentra la presencia del iris así como todas las características de un ojo humano.A la luz del microscopio se distingue con claridad el orbe

ocular, el conducto lacrimal, el iris y un pequeño punto de luz en el mismo.Al profundizar en el estudio del ojo izquierdo de la Virgen, se pudo observar las imágenes de unas figuras humanas con características indígenas.  

Lo más sorprendente del proceso, es el comentario de los dos restauradores Pablo Enrique González, Nancy Morella Jiménez y la química especialista en papel Pía Rodríguez. Nosotros simplemente fuimos instrumento, la imagen se restauró sola y en el tiempo concedido por el Obispo. Concluyeron que la estampa que tradicionalmente se ha tenido de la Virgen de Coromoto, notablemente europea, difiere del testimonio impreso dejado en la mano del cacique de los Cospes, según lo expresa Pablo González, miembro del equipo restaurador. 

La Santa Reliquia se ha conservado milagrosamente y fue restaurada milagrosamente.

En el año 2017 hasta el día de hoy, bajo la dirección de Monseñor José de la Trinidad Valero, la Asociación Civil Coromoto 1652, comenzó unos nuevos estudios de la imagen que continúan realizándose.

 La Virgen en sus apariciones, solo ha dejado dos testimonios materiales en el mundo entero, el primero en la ciudad de México en la Tilma de San Juan Diego, Nuestra Señora Emperatriz de América, La Morenita, La Virgen de Guadalupe en 1.531 y la segunda en Venezuela al Cacique Coromoto y su familia en 1.652. 

 

Investigaciones recientes y hallazgos en la Santa Reliquia

La imagen que Nuestra Señora de Coromoto dejó en manos del Cacique de los indios Coromoto el 8 de septiembre de 1652, mide 27 milímetros de alto por 22 de ancho y está encerrada en un óvalo de 41 milímetros por 33. Es el tamaño de una huella dactilar de una persona de 14 ó 15 años.

La reliquia de la Virgen tiene forma ovalada. En la simbología cristiana el comienzo de todo es con un óvulo: Ella se muestra como el comienzo de todo, la Madre de Dios, el comienzo de la Nueva Alianza.

No se ha logrado saber de qué material es la base sobre lo que está la imagen de la Virgen Si se sabe que el cacique Coromoto no tenía nada en la mano cuando gritó que la había atrapado y cuando abrió la mano mostró la imagen de la Virgen con el Niño . También se sabe que la imagen está hecha de un solo trazo. Hay trazos más delgados que están dentro del grosor de la fibra . Es un intrincado de fibras.  

 

Se ha comprobado que es imposible que haya sido pintado o haber usado algo como tinta china. Hay información en la resina en las fibras en los pigmentos.  La fibra está tanto por encima de los trazos como por debajo de ellos.   Hay trazos más delgados que las fibras del soporte.  No se pueden hacer trazos debajo de la fibra.  No se ha podido explicar científicamente el origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que se elaboró la imagen. La minuciosidad en la elaboración de este dibujo, su perfección y especialmente los detalles hallados en los ojos de la Virgen hacen concluir que no pudo ser elaborada por la mano de un ser humano.

 En la diminuta imagen de la Santísima Virgen con el Niño sentado sobre sus rodillas, el Niño Jesús tiene su manito derecha levantada bendiciendo y con la izquierda sostiene al mundo representado por una bola encima de la cual se encuentra una cruz.

 

La Virgen está mirando hacia el frente y sentada entre dos especies de columnas, unidas entre sí por un arco en forma de portal representando la choza o bohío donde se le apareció al Cacique y su familia. Hoy se sabe que la Virgen está entre cuatro columnas del bohío o choza .

Los Españoles interpretaron a la Virgen con una corona real de cinco picos, pero los estudios han aclarado que La Virgen se muestra, con una corona de reina indígena. Posee un velo blanco que cae sobre  los hombros y se desliza sobre la espalda.

Sobre los hombros tiene un manto de color rojo que le deja las manos descubiertas. Se le ve un pedacito de la túnica, que, como la del Niño, es de color pajizo. 

 

Por la posición en que se encuentra la Virgen con el Niño Jesús sobre sus rodillas, se ha considerado que Ella está presentándole al mundo a Jesús y se le venera como el misterio de la Presentación. Jesús no se presenta sólo, viene con Su Madre.

Todo un mensaje que dice que quiere que lo adoremos e imitemos siempre junto a Su Madre.

 

La imagen es asimétrica.

La corona de la Virgen y el Niño son típicamente indígenas. La corona es lisa en el lado derecho y en el lado izquierdo semeja la proa de un barco.  Los tres penachos de la corona son diferentes.Posee una serie de símbolos y signos entre ellos  la flor de lis, símbolo mariano sagrado y una serie de figuras de personas con la Virgen del Rosario en el centro. 

 

De la corona sale un velo através del cual puede divisarse también parte de su cabello.

 El lado derecho del cabello está peinado en forma de una clineja, una trenza, al estilo indígena.  El lado izquierdo del cabello está suelto, significando que es una mujer virgen.

En el estudio del cabello del lado izquierdo, aparece la planimetría de lo que es el actual Templo Votivo (la Basílica).  

Ambos ojos son diferentes en forma. Por observación microscópica, se logró identificar en los ojos de la Virgen, miden menos de 1/2 milímetro (aproximadamente 400 micrones). Es un ojo de características humanas.  En el ojo derecho de la Virgen se ven los rostros impresionados de las personas que estaban en el bohío en el momento de la aparición.

Este ojo tiene forma una forma muy particular unos dicen que es forma de corazón otros, que es de mapa de Venezuela.

En el ojo izquierdo se puede observar el orbe ocular, el iris es humano, hay un pequeño punto de luz en el mismo.  Dentro del iris se observa la imagen de la figura del Cacique Coromoto con el brazo iluminado por la reliquia que tiene en la mano. Se pueden observar a la esposa, la cuñada Isabel, el niño y el fogón encendido.

La Virgen sobre su ojo izquierdo muestra unas montañas. Al mismo tiempo, la ceja y ojo izquierdo completo muestran a un personaje de sombrero ancho capa ancha cabello suelto y bigotes, como el de un colonizador. En toda la imagen aparecen un sinnúmero de rostros e imágenes de personas. 

Debajo de los ojos y sobre la nariz está la paloma que representa al Espíritu Santo.

 

El rostro indígena de Nuestra Señora de Coromoto es un rostro sonriente, de una mujer muy joven, adolescente, delgada, de rasgos finos, delicados y serenos.  Un rostro que le da a nuestra Patria su identidad y le dice a los venezolanos que Ella quiere estar junto a nosotros animándonos y acercándonos a Dios para que seamos personas llenas de esa felicidad que tanto anhelamos y que el mundo no puede dar.  

Nuestra Señora de Coromoto no es una madre extraña ni extranjera, está perfectamente compenetrada con nuestra cultura y nuestro idioma. 

El estudio también señala que las manos de la Virgen una es más gruesa y de piel más oscura y la otra más delgada y más blanca.  Los brazos y las manos de la Virgen en proporción son mucho más grandes que el resto.  Las manos grandes simbolizan las manos de Dios.   Son grandes porque el amor materno es el más parecido a la misericordia de Dios

Los dedos tienen marcas rojas, señal de sangre.  Esos pigmentos rojos y escarchas recuerdan el Salmo 147,16 que dice El Señor esparce la nieve como lana y derrama la escarcha cual ceniza.  Estas marcas rojas están allí queriendo decir que Ella está compartiendo el sufrimiento con su Hijo. Ella es corredentora.   La ropa del niño muestra que prevalece el color rojo, símbolo de la sangre derramada en el sacrificio. 

Del lado izquierdo la ropa de la Virgen muestra un saco típico europeo.  De lado derecho se cubre con una piel de puma, un animal de gran fiereza con la cual se abrigaban las personas importantes dentro de la tribu.  

El Niño Jesús tiene la ropa ceñida a la cintura y de color rojo.

 

En la parte deteriorada de la imagen, de color blanco y puro se observa  desde 2009, a un Cordero “de pie como si estuviera sacrificado” ( Apoc.5,6) El Niño Jesús se transforma en cordero, en lo más humilde.  Ese Niño Rey quiere que sirvamos a otros como Él  sirvió, con humildad y entregó su vida para salvarnos.  

El cambio del Niño en cordero, el color rojo en su traje y el símbolo de la calavera parecieran simbolizar que es el amor entregado hasta el extremo.  “Han lavado y blanqueado sus mantos en la sangre del cordero” (Apoc. 7,14).  Al mismo tiempo, observar que el cuerpo del Niño no está presente parece decir que desea que lo busquemos con los ojos del alma y que, en este momento de la historia se presenta a nosotros como el cordero inmolado para que vivamos confiados en que ya Él salvó a la humanidad. 

La imagen de la Virgen con el Niño Jesús forman  un triángulo perfecto.  El cristianismo es la única religión cuyo único Dios es una familia: Padre- Hijo y Espíritu Santo. El misterio más grande de nuestra Fe. Es el anuncio trinitario de una nueva forma de enfocar la Fe, porque la iglesia es obra del Espíritu que la renueva y le da vida.

 La familia está llamada a ser un reflejo de la Santísima Trinidad. De ese Amor de Dios, de ese amor recíproco entre padres e hijos en lo humano y espiritual. 

En la parte de atrás de la imagen del Niño y la Virgen, se ven unas columnas a los lados están representadas en forma de tejido de cestería indígena donde hay signos, quizás palabras en lengua indígena o en Arameo Antiguo que deberán seguir estudiándose. Estas cuatro columnas están unidas arriba  formando un arco.

 

En la auto-restauración pareciera que la Virgen está diciéndonos que si Ella se está restaurando ahora, después de más de 368 años, es el momento en que está llamándonos a los venezolanos a restaurarnos  en una nueva etapa de nuestra historia.

La Virgen se materializa sobre la reliquia. 

Como nota curiosa, el día que se apareció la Virgen al Cacique y su familia en el bohío, aparecieron unas mariposas con los mismos colores de la Virgen y con dos números. Un 8 y un 9. Sin duda mariposas que señalan la fecha de su aparición: el ocho de septiembre.

Estos estudios siguen en proceso y cada vez se van conociendo más detalles de esta imagen de la Madre de Dios que, sin duda, le está hablando a los venezolanos de forma cada vez más clara.

A lo largo de los distintos estudios se ha podido ver cómo la Virgen cambia sola revelando los distintos acontecimientos de la historia de Venezuela.  

Existe el registro fotográfico del mismo.

Características especiales de la aparición

 

Una de las características muy especiales de esta aparición es que la Virgen se le apareció a toda una familia: a la familia nuclear formada por el padre y la madre y a la familia ampliada formada por la cuñada, el sobrino y otros niños.  

La aparición a la familia completa es una petición a promover, defender con valentía y fortalecer la familia cristiana basada en la unión matrimonial entre un hombre y una mujer, para anunciar así que Jesucristo es nuestro Dios Salvador, “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).Le pedía a un matrimonio que “convirtieran” a toda la tribu, es decir a toda su sociedad. 

Manifestaba la Madre de Dios, la importancia de la interdependencia familia-sociedad, indicando la necesidad que tenemos todos de ayudarnos mutuamente: esposo y esposa, comunicándose a través del diálogo y la buena relación entre ambos. Así, ambos adquirían “conciencia de unidad y lograban cada vez más plenamente la íntima unión de sus personas y actividades. Esta íntima unión, como íntima entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exige plena fidelidad y urgen en indisoluble unidad” (GS 48). 

La familia es el reino del amor. En ella nace, crece y se desarrolla el amor filial, matrimonial, maternal, paternal, fraternal. 

La familia, lugar en el que por el bautismo nacen los hijos de Dios y que ha sido santificada por el Espíritu Santo, Espíritu de amor, con el gran sacramento del matrimonio. La familia es la miniatura y el corazón de la Iglesia.

El haberse aparecido a una familia habla de una petición en contra del libertinaje afectivo sexual.Ante esa amenaza, la Virgen invita a responder con el compromiso de promover y fortalecer a la familia, de respetar a las personas y a practicar la castidad a través del dominio de las pasiones y el respeto a la persona. No se puede separar la actividad sexual de lo que significa el verdadero amor, el sentido del matrimonio que da protección y estabilidad a los esposos y a los niños, de una familia estable, cariñosa y unida. 

 

La práctica sexual del cristiano debe ser expresión de un amor auténtico, y estar enmarcada en la familia unida para siempre, con respeto, cariño y fidelidad para toda la vida. Esta invitación es un rechazo al libertinaje sexual, que sacrifica tanto a la familia, como el respeto debido a la mujer, a los hijos, y que lleva a tantas tragedias personales y sociales.

Hay valores fundamentales dentro de la dimensión natural del matrimonio que son iguales en todas partes del mundo y en todas las épocas. Entre ellos destacan el amor, la fidelidad, la dignidad de la persona, el respeto a la vida en todas sus fases.

La imagen del Cacique con su familia recuerda que la familia es un valor de orden natural y cristiano.  Todos nacemos en familia. Es allí donde aprendemos a desarrollarnos como personas y como pequeña sociedad. En la familia se aprende y vive la comunicación, la tolerancia, la paciencia, la ayuda mutua. En familia se da y se recibe amor, se asumen responsabilidades, se aprende respeto mutuo, se vive la solidaridad y se aprende a amar y alabar a Dios.

Todo esto lo vemos en la relación de la pareja, en la vida en comunidad y con el ejemplo del sobrino del Cacique quien, habiendo aprendido el valor, el coraje y la perseverancia de su tío, lo demuestra saliendo a buscar a Juan Sánchez para mostrarle el prodigio realizado por la Virgen. De lo que veía en su familia, el niño sabía que el valor, la constancia, la honestidad y la responsabilidad, son virtudes que permiten ver los frutos futuros. 

La Virgen invita a la conversión dentro de la Iglesia que Cristo fundó: la Iglesia Católica.  Llamaba al Cacique a que él y toda su gente se instruyera en la doctrina cristiana y se bautizara.

 

Le pedía que primero entendiera el mensaje de Dios haciéndolo suyo, se bautizara como punto inicial para participar del resto de los sacramentos de la Iglesia Católica: Confesión, Comunión, Confirmación, Unción de los Enfermos y Matrimonio. Para quienes quisieran entregarse por completo al servicio de Dios, de los hombres y mujeres, el Sacramento del Orden Sacerdotal.

En la aparición en el río el cacique y Coromoto y su familia no estaban bautizados, no eran hijos de la Gracia de Dios. Pero cuando la Virgen se aparece con el Niño Rey en sus brazos sobre el agua del río, sus corazones se llenaron de Gracia y eso los hizo aceptar la propuesta de la Virgen aun sin saber cómo se llamaba ni quien era.

Al querernos en familia y dentro de la Iglesia (a través del Bautismo), Nuestra Señora de Coromoto, quería que los venezolanos hiciéramos de nuestras familias unas auténticas “Iglesias domésticas” llamadas a alcanzar un nuevo protagonismo y a producir una dinámica misionera dentro de la sociedad.

 

El llamado de la Madre de Dios a los venezolanos es triple:

1.- Anima a la institución del matrimonio.

2.- Invita a la construcción de la familia y a la solidaridad dentro de ella.

3.- Llama a la conversión a Cristo dentro de la Iglesia Católica.

Hacerle caso a la Virgen es:

- Promover la santidad de la familia y valorar la unión conyugal cristiana, santificada por el mismo Jesús con el santo sacramento del matrimonio.

En la Aparición de Coromoto no se dice nada acerca del rezar el Rosario, como pidió la Virgen en Lourdes y Fátima. De hecho las grandes masas de peregrinos coromotanos, tienen como oración espontánea, popular, afectuosa y repetida, los insustituible Misterios del Rosario. Estos no son otra cosa sino recordar la vida de Jesucristo, nuestro Salvador, desde su concepción hasta su Ascensión al cielo.

 

La Virgen de Coromoto tiene en sus piernas al Niño Jesús en actitud de presentarlo al mundo.  Esto hace que la devoción a la Coromoto tenga también una fuerte conexión con la Eucaristía.

Al rezar el Ave María decimos: bendito es el fruto de tu vientre Jesús.  Es como decirle a La Virgen: Madre mía, gracias a Ti, tenemos este tesoro inmenso de la Eucaristía.   

Sin duda, Ella es el camino más corto para llegar a Jesús.

El Rosario y la Eucaristía, María y su hijo Jesús en el Santísimo Sacramento, forman el Misterio central y medular de nuestra fe.

La espiritualidad coromotana, desde hace más de tres siglos, invita a todos a vivir como hijos de Dios, dentro de la Iglesia.

María de Coromoto sigue siendo la gran Maestra que enseña el valor de la familia como fundamento y sustento de toda la catequesis

Nuevos Hallazgos.

Charla de María Garcia de Fleury sobre la Virgen de Coromoto.